Por Eber Gómez Berrade
En estos momentos están comenzando las temporadas de caza en buena parte de planeta. En Argentina naturalmente Marzo es el mes de la brama de los ciervos colorados, al igual que lo es en Nueva Zelandia. En África, si bien las temporadas varían de acuerdo a cada país, Sudáfrica y Namibia están inaugurando el 2012. En Abril le seguirá Botswana, en Mayo, Zambia, y recién a mediados de año comenzará la caza en Mozambique, por nombrar solo algunos de los destinos de safaris más populares en el continente negro.
Cualquiera sea el lugar elegido por el cazador, hay algunas claves que siempre vale la pena tener en cuenta a la hora de comenzar con una de las etapas más excitantes de la cacería: la preparación.
A continuación, unas diez claves para empezar la temporada con todo, ya sea que vaya por uno de nuestros colorados, antílopes africanos, osos de Alaska o carneros asiáticos.
Las Diez Claves
1.- Hacer los deberes
Una vez que haya decidido las especies que irá a cazar en temporada, comienza una etapa larga pero fructífera que es la de decidir a qué lugar irá y qué compañía o cazador profesional contratará.
Hacer estos deberes correctamente le ahorrará dolores de cabeza en el futuro y le permitirá disfrutar a pleno de una experiencia única. Para esto es buena idea estudiar la información disponible sobre la ubicación de los mejores trofeos, en qué áreas o países se encuentran, donde están las tasas de abate más económicas, evaluar las distancias y la logística que terminarán encareciendo la cacería, y por último analizar a las empresas de safaris o outfitters de cada lugar. Aquí, como en toda decisión de negocios, le sugiero que se guíe por el prestigio de la empresa, la confiabilidad y naturalmente por el “rendimiento” en términos de trofeos obtenidos. En este sentido considero que hay tres variables a tener en cuenta a la hora de decidirse por una empresa de safaris ya sea nacional o extranjera. En primer lugar el costo total de la cacería (que siempre será alto tratándose del dinero propio); Segundo el “lucro cesante”, es decir el costo extra que deberá afrontar por ausentarse de su actividad personal por el período que dure la cacería, que puede ser de 5 a 30 días dependiendo del lugar y lo que vaya a cazar; Y tercero, la ilusión, tal vez la más importante de las tres pero difícil de contabilizar. No hay peor sensación que volver de una cacería con el sabor amargo de la desilusión, ya sea por la baja calidad de los trofeos, por un servicio deficiente o simplemente porque la empresa contratada no respetó alguno de los términos prometidos.
Afortunadamente, esta primera clave no es muy difícil de llevar adelante, sólo deberá averiguar sobre las distintas alternativas disponibles, asesorarse y consultar referencias. En el mundo de los safaris, también lo barato sale caro (como sucede en toda actividad), y en este mundo las “gangas” tampoco existen. Tenga presente que para las empresas de safaris esto es un negocio, y por lo tanto aunque resulte una obviedad, el cliente siempre recibirá en la misma proporción de lo que haya pagado.
2.- Conocer las especies a cazar
Hay una escena de la película The Macomber affair, basada en un cuento de Ernest Hemingway, donde el protagonista, un cliente estadounidense llamado Francis Macomber, le pregunta a su cazador profesional, un inglés llamado Wilson (interpretado por Gregory Peck), “y dígame, ese animal de ahí, no lo conozco, qué es?, señalando una cabeza colgada sobre la pared de un bar de Nairobi. A lo que Gregory Peck responde “…el gran kudú”, con cara de que tendrá por delante un largo y aburrido safari. Está claro que Macomber, que había llegado a Kenia a realizar su primera experiencia africana no tenía ni la más remota idea de lo que iba a cazar. Me imagino que, si ni siquiera conocía el nombre del más paradigmático antílope africano, mucho menos sabría de comportamiento, hábitos de alimentación, temporada de celo, huellas, etc. de los animales de su lista.
Conocer estas características de las especies a cazar, le permitirá disfrutar aun más la cacería, tomar decisiones en cuanto a la forma de cazarlas y complementarse mejor con el guía o el cazador profesional. Para él será un placer poder guiar a un cliente que sabe lo que hace y conoce al animal que busca. Para esto hay dos fuentes de conocimientos, la experiencia en el campo y la lectura. En el primer caso, no hay mucho que decir. En el segundo, si el objetivo es el colorado pampeano o patagónico, le sugiero un par de libros sobre este emblemático trofeo argentino. El más antiguo es “El ciervo colorado” de Esteban Lyka, que tiene por subtítulo, “Su especie, vida, costumbres y cacería”. Exactamente de lo que aquí se trata. El otro libro de lectura obligada es “El ciervo rojo argentino” de mi querido amigo el Dr. Juan Campomar. La primera edición está agotada y se ha convertido casi en un incunable. Por suerte hay una segunda edición en camino.
En el caso de que el destino sea algún país extranjero, ahí tal vez la cosa se complique un poco más a la ahora de buscar información sobre la ecología de las especies cazables. Lamentablemente es poco lo que se puede encontrar en idioma castellano sobre animales de África, Alaska, Asia u Oceanía, a no ser que sean viejos libros de aventuras y relatos de caza. Pruebe en estos casos de buscar información en atlas o guías de mamíferos de las diferentes regiones del globo. Otra fuente interesante de consulta son los libros de récords. Tanto los del Safari Club Internacional como el de Rowland Ward, tienen apartados taxonómicos de cada una de las especies de cada continente. Por último, otra buena fuente de material de consulta la encontrará en artículos de revistas especializadas como ésta, y por supuesto navegando en internet. Seguramente encontrará allí algo que le sea de utilidad.
3.- Buen estado físico
Siempre es bueno estar en estado. Obvio. Pero mucho mejor es estarlo antes de empezar a recorrer mallines en busca del macho bramador, o antes de seguir las huellas de un huidizo antílope en el medio del bush. La realidad es que para los argentinos, la temporada de caza comienza en muchos lugares cuando terminan las vacaciones. O sea, peor imposible. Los kilos demás acumulados en los meses veraniegos y la natural vida sedentaria moderna hace cuesta arriba todo esfuerzo de estar en condiciones físicas aptas, a menos que se prepare antes para la temporada cinegética. Por supuesto que antes de buen estado físico hay que tener un buen estado de salud. Ya hemos hablado en una nota sobre la salud en el safari, pero nunca es malo recordarlo. Aproveche este tiempo para ponerse al día y decídase a hacer el postergado chequeo médico, la consulta con algún especialista, conseguir lentes de repuesto, obtener las recetas de medicamentos que deberá usar en el viaje, y un largo o corto etcétera según sea cada caso en particular.
4.- Vacunas para todos
Tener un programa actualizado de vacunación es fundamental a la hora de decidir en qué lugar iniciará la temporada de caza. Podemos decir que existen dos clases de vacunas: las “todo terreno”, y las específicas de cada región. Las primeras son las clásicas que necesitará para cualquier actividad al aire libre en cualquier parte del mundo, desde Canadá, hasta Bariloche, pasando por África y Nueva Zelandia. Me refiero a la del tétanos, a las de la hepatitis, los refuerzos de gammaglobulina, etc. Las específicas dependerán de las regiones a las que vaya, y ahí el menú es mucho más amplio: fiebre amarilla, tifus, para-tifoidea, cólera, rabia, o profilaxis contra la malaria. La única forma de saber qué tipo de vacuna inocularse es consultando a un medico infectólogo. No hay otra. Evite “auto prescribirse” tal o cual vacuna en base a lo que leyó en algún libro, revista o sitio de internet, tampoco copie lo que hizo su amigo durante su safari del año pasado. La elección de la vacuna específica para cada organismo es algo que sólo un médico puede prescribir, ya que tomará en cuenta las reacciones que cada droga utilizada provocará en cada organismo en particular.
5.- Los papeles en orden
Trate de no comenzar la temporada de caza “flojo de papeles”, y más aún si viaja al extranjero. Ojo, no se asuste que no hablo de ponerse al día con la AFIP, sino a tener en regla toda la documentación relacionada con la cacería. Por ejemplo, el pasaporte y demás documentos nacionales deberán estar actualizados, y por disposición del gobierno deben usarse sólo aquellos que digan Mercosur en su portada. Si visita un país en el que se requiera visa, asegúrese de tramitarla con el suficiente tiempo de antelación.
Cuando hablo de papeles, también me refiero a su cartilla de la fiebre amarilla, los seguros médicos y de asistencia al viajero, las permisos del Renar para la exportación temporaria del arma, los pasajes de avión, los permisos de caza si en Argentina, los formularios que deba completar para el outfitter, y algo también importante: todos aquellos papeles relacionados con la contratación de la cacería, desde el folleto del operador, los emails intercambiados, la lista de precios, el contrato, etc. De esa manera, evitará cualquier mal entendido a la hora de tratar directamente con la empresa de safaris. Una carpeta donde tenga todo esto en copia de papel, le servirá además de respaldo para lo que almacene en su computadora.
6.- El arma ideal
La elección del arma es directamente proporcional a la elección de la especie que va a cazar en esta temporada. Con esto me refiero no sólo al calibre requerido, sino también al tipo de acción del fusil. Claramente esto siempre dependerá del gusto del usuario, pero a mi criterio hay dos claves básicas: Tener el calibre adecuado (y un poco más si es posible) para el animal a buscar, y la acción adecuada para no correr riesgos innecesarios. Me explico, si tuviera un monotiro lo dejaría para cazar especies de planicie, pero no para la caza de osos o de algunos de los big five, aunque sea de grueso calibre. Dicho esto, el arma ideal para llevar -siempre que cumpla con estos dos requisitos previos-, es aquella con la que uno se sienta más seguro y cómodo al momento de disparar.
7.- Que munición llevar
La elección de la munición adecuada para un safari da para varios artículos y algunos libros más. Sin embargo, desde mi experiencia, muchas veces nos tenemos que conformar con lo que hay en el mercado en ese momento. Si llegó a la conclusión que una punta más pesada es lo que usted necesita para abatir alguno de los cinco grandes, es probable que se convenza de elegir la munición Kynoch o tal vez las más pesadas Norma African PH. El problema es que son casi imposibles de conseguir en Argentina.
Aquí también aparece la disyuntiva factory versus recarga. Esta es otra gran disquisición cuasi filosófica y hay tantas hipótesis como situaciones a las que se enfrenta el cazador-recargador. La realidad es que abatir al trofeo que tanto se buscó con una munición de autor, es un placer extra que se agrega a la cacería. Pero evalúe el riesgo de fallas en una cacería cara y en el extranjero. Donde no dudaría en usar las factory (pero probadas con anterioridad y la de mejor calidad que consiga) es en los safaris de caza peligrosa. Así disminuirá el riesgo de mal funcionamiento, nunca desparecerá del todo dicho sea de paso. Esta será su última línea de defensa y el mejor seguro de vida que pueda tener en un momento de riesgo.
En cualquier de los casos, no es conveniente ahorrar en municiones. Ni en calidad ni en cantidad. Practique con las mismas que usará en la cacería. La misma marca y el mismo peso de punta. Memorice la tabla balística y acostúmbrese a disparar con ellas en todo tipo de ocasión, y recuerde jamás mezclar munición en un safari. Hacerlo puede resultarle caro y en algunos casos, peligrosísimo.
8.- Equipo de caza apropiado
Si ya es un veterano de bramas, no hace falta describir aquí lo que deberá llevar a su cacería. Si viaja al exterior, le sugiero que se ponga en contacto con su profesional o empresa outfitter para que ellos le recomienden algunas cosas que deberán ser infaltables en su lista de equipo. Recuerde que si sale en Marzo o incluso en Abril, es el fin de la temporada de lluvias en varios países del África austral, así que no es mala idea llevarse un quipo de agua para resistir los últimos chubascos tropicales. La clave aquí es no complicarse demasiado. Recuerde que si no va a acampar a algún parque nacional andino, los cotos privados y las operaciones de safaris en nuestro país como en el exterior ofrecen servicio de lavandería diario. Por eso con dos mudas de ropa es suficiente. Una lista de chequeo, le será de mucha ayuda al ir tildando cada cosa al momento de armar su bolso y lo mismo al volverlo a armar en el campamento.
En cuanto a artefactos ópticos y tecnológicos, una pocas palabras. Que sean de la mejor calidad y lo menos complicado posible. Si utiliza mira telescópica, que sea la mejor que pueda obtener. Recuerde que los binoculares son la herramienta fundamental para el cazador profesional que debe evaluar el trofeo en el campo, pero la mira lo es para el cazador que deberá ubicar la bala en el lugar indicado. Es cierto que a medida que pasa el tiempo, cada vez hay aparatos más y más sofisticados. Pues no se complique demasiado. La arena, la tierra, la lluvia, el barro, el frío y el calor extremo atentan contra la delicadeza tecnológica, por lo que es muy bueno depender lo menos posible de estas maravillas tecnológicas bajo las duras condiciones que imperan en un safari de caza mayor.
9.- Entrenar antes de la cacería
Es algo que parece obvio pero no pasa habitualmente. Está perfecto probar el rifle en el polígono de tiro, alinear la mira, probar la munición que llevará. Todo eso está muy bien, pero una vez hecho esto. Váyase de la mesa de reglaje. Si puede ir a un campo mejor, si no, los recorridos de caza que ofrecen algunos clubes de tiro servirán perfectamente. Qué hacer entonces?. Simple, disparar a brazo alzado y con apoyos inestables como trípodes y bípodes. Pruebe a diferentes distancias, a blancos fijos y móviles. Aproveche a disparar en todas las posiciones, de pie, rodilla en tierra, sentado, y cuerpo a tierra. Trate de duplicar los tiros ya sea que dispare con un fusil de cerrojo como con un doble. Y por último, si no lleva telémetro o no tiene un binocular con ese artilugio incluido, pruebe de estimar distancias como se hacía antes: a ojo. Prueba y error. La clave del entrenamiento es ganar “horas campo”. Y eso significa alejarse de las mesas de café, de reglaje y de la biblioteca.
10.- Expectativas razonables
Por último, pero no por eso menos importante como dice el dicho inglés, está el tema de ser razonable con las expectativas que tenga antes de arrancar la temporada. No vaya a cazar con la idea de lograr el récord del mundo, sino de disfrutar de una experiencia memorable. Nunca está demás decir que lo importante en el deporte de la caza es el lance cinegético. No el trofeo.
No hay nada peor para un guía de caza que tener un cliente esclavo de la cinta métrica o del ranking de los libros de records. Ya todos sabemos lo que decía Ortega y Gasset, aquello de que la clave más importante de nuestra actividad es estar cazando, no cazar.
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