Por Eber Gómez Berrade
Los Cinco Grandes son todo un emblema de la caza mayor en su más alto nivel, y naturalmente, el objetivo inmediato de aquellos que han debutado cazando antílopes en el continente negro.
A continuación, el lector encontrará un panorama actualizado de la situación particular del Búfalo, León, Leopardo, Elefante y Rinoceronte, su distribución y una guía para saber dónde están los mejores trofeos.
Es verdad, que salvo pocas excepciones, el cazador que ha adquirido experiencia cazando antílopes en las planicies africanas, tiene su mira puesta en el siguiente paso: enfrentarse a la peligrosidad de los Cinco Grandes.
La decisión de hacer un safari de estas características requiere de una planificación cuidadosa que tenga en cuenta variables tales como calidad del trofeo, costo, área de caza y logística.
Hoy por ejemplo, se observa que algunos países africanos están reduciendo sus cuotas de caza de especies peligrosas. Sin embargo, a pesar de la crisis económica que afectó en los últimos años a naciones centrales como Estados Unidos y Europa, la demanda internacional se mantiene constante porque el segmento de mercado que puede acceder a estos trofeos no ha visto reducido considerablemente su poder adquisitivo. Las consecuencias de esta situación se reflejan en la necesidad de reservar permisos con mucha anticipación, (más de un año) y el paulatino aumento de las tasas de abate.
En el proceso de decisión del safari también debe tomarse en cuenta las características propias de cada país. Sudáfrica por ejemplo, si bien es un destino generalmente elegido para safaris de especies de planicie, es el único país africano donde se pueden obtener los Cinco Grandes, incluido el Rinoceronte. Su sistema de cotos de caza privados le ha permitido desarrollar exitosos programas de cría que otorgan al cazador la garantía de obtención de cualquiera de estos trofeos en un plazo menor al requerido en otros países que cuentan con áreas abiertas.
Namibia por su parte, otro destino clásico para cazar antílopes, cuenta con unas pocas áreas libres concesionadas por el Estado como sucede en el resto de los países del continente. Allí pueden encontrarse cuatro de los cinco grandes, y si bien es cierto que debido al meticuloso manejo que se hace de la fauna se emiten pocos permisos por año, la relación precio-calidad de trofeos es de las mejores que se pueden encontrar en África.
En Zambia el cazador puede combinar nuevas especies de planicie típicas de esa región junto a grandes de la caza peligrosa como el Búfalo, el Leopardo, el León y algunos pocos Elefantes. Zimbabwe, en mi opinión personal, ha dejado de ser un destino de caza. La dramática situación política y social imperante en el caótico gobierno de Mugabe, ha impulsado operaciones de furtivismo a gran escala que están haciendo estragos en la fauna en general y particularmente en las poblaciones de Elefantes, Búfalos y Rinocerontes. Tanzania y Mozambique comparten el privilegio de contar con excepcionales cantidades y calidades de animales peligrosos, vagando libremente por inmensas extensiones de territorios. Botswana por último, es hoy esencialmente un país de Elefantes, en donde hay también muy buenas opciones para aquellos que busquen Búfalos y Leopardos.
Una vez consideradas estas variables veamos que pasa ahora con cada una de estas especies.
Búfalo del Cabo
Junto con el Leopardo suele ser la primera opción para aquellos que desean hacer sus primeras experiencias con la caza peligrosa. Desde aquel viejo libro “Muerte en los pastizales” de Peter Capstick, el Cafre viene cautivando la imaginación de los cazadores amantes de la adrenalina.
En estos momentos hay siete países de África donde se los puede cazar: Sudáfrica, Namibia, Botswana, Zimbabwe, Mozambique, Zambia y Tanzania. Las características de esta especie varían levemente en la conformación de sus cornamentas. En general, los búfalos del Este africano como Tanzania y Mozambique, suelen ser menos curvados y un poco más largos que aquellos de las regiones australes, que poseen un mayor “boss” y una curvatura más pronunciada.
Tanzania es seguramente donde están las mayores manadas del continente. Se distribuyen a lo largo y ancho de todo el país, encontrándose los mejores ejemplares (de más de 40 pulgadas) en el norte: en Serengueti y Masailand, en el centro: en las áreas de Rungwa y Ruaha; y en el sur en la famosa Reserva Selous que cuenta hoy con una población de 120.000 Búfalos.
Algo más al sur, cruzando el río Rovuma, se encuentra la Reserva Niassa en Mozambique. Un territorio de 4,2 millones de hectáreas que se ha convertido en la perla de aquella ex colonia portuguesa. Allí se estima una población de 10.000 ejemplares con una calidad considerable de cornamentas que alcanza promedios de 38 pulgadas.
Otros lugares excepcionales para el Búfalo son el valle y el delta del río Zambezi, en las zonas de “coutadas”, como se denominan en portugués a las áreas de caza. Allí se estima un promedio de 8.000 ejemplares sólo en las áreas pantanosas.
Zambia por su parte cuenta con dos lugares interesantes con muy buena calidad de trofeos: Luangwa y Kafue que son atravesadas por los respectivos ríos. Allí es posible encontrar cabezas que superen las 43 o 44 pulgadas y no hay demasiados problemas con la obtención de permisos.
En Botswana, los bóvidos se encuentran mayormente en los territorios centrales del delta del Chobe y del Okavango. Es posible ver allí buenos trofeos pero no en cantidades industriales. Sin embargo, es una muy buena opción para agregar esta especie a una cacería de Elefante en las mismas áreas.
Los Búfalos de Namibia pueden encontrarse en Bushmanland, al este del país, y en la Franja del Caprivi al noreste, entre las fronteras de Angola, Zambia y Botswana. Si bien son geografías totalmente distintas -Bushmanland es árido y seco mientras que el Caprivi está rodeados de ríos-, la calidad de trofeos en ambos lugares es muy buena, promediando las 40 pulgadas que pueden encontrarse en manadas de 200 o 300 animales cada una. En Sudáfrica, el manejo en los cotos de caza ha producido muy buena calidad de ejemplares, que se irán evidenciando a medida que vaya aumentando la edad de los planteles. La distribución allí se da en todo el país ya que se encuentran en propiedades privadas, lo que no permite que se vean grandes manadas como en los países del norte.
Leopardo
El Leopardo disputa cabeza a cabeza con el Búfalo el favor de los cazadores que ingresan en el mundo de la caza peligrosa ya que son a su vez, los más accesibles en términos económicos.
Se distribuye en los mismos países que el Búfalo, el tamaño promedio varía de un área a otra, y se permiten distintas formas de cazarlos. La más usual, es desde un apostadero a plena luz del día como en Namibia, pero también se lo rececha como en Botswana, y se lo caza de noche con el uso de luz artificial como en Zimbabwe.
Si lo que se busca es buen tamaño y el precio no es un problema, las opciones que tiene el cazador hoy en día es dirigirse a Tanzania, tanto a Masailand como al Selous que históricamente han producido monstruos cercanos a los 100 kilos, o a Kafue y Luangwa en Zambia. Si en cambio, el factor de decisión es económico, Namibia es el lugar a considerar. Allí la ventaja es la gran densidad de población que existe en todo el país. Un ejemplo, Bushmanland posee más Leopardos por km2 que en toda África. La desventaja es que desde el año pasado, el gobierno emite muy pocos permisos. Esto se debió a que en los primeros meses de la temporada 2010, ya se habían superado la cuota de 300 animales previstas por CITES para todo el año. Sumado a esta restricción, el gobierno prohibió también la caza nocturna, con luz artificial, el uso de perros y la caza con arco y flecha. Estas modificaciones, en especial la de prohibir la caza nocturna, disminuye considerablemente las posibilidades en predios cerrados donde la presión de caza modifica el comportamiento de los Leopardos obligándolos a alimentarse en la seguridad de la noche. De manera similar, Sudáfrica también ha implementado una política restrictiva en cuanto a la emisión de permisos para mantener la excelente calidad de sus trofeos.
El delta del Zambezi en Zimbabwe, y la reserva Niassa de Mozambique son también alternativas muy buenas para encontrar a los elusivos felinos. Botswana, por último, ofrece la posibilidad de recechar los Leopardos del desierto del Kalahari, un poco más chicos que sus parientes de Tanzania pero igualmente difíciles de ubicar.
León
Junto con el Elefante, son ambos las frutillas del postre en el menú de la caza africana. La posibilidad de cazar un León en libertad es cada vez más complicada en el África de hoy. Hubo una época en la que se los encontraba desde Ciudad del Cabo hasta el Mar Mediterráneo, pero ya hacia fines del siglo XIX las poblaciones fueron acotándose mayormente a las grandes reservas del continente como el cráter Ngorongoro, y el Serengueti en Tanzania, y el parque Kruger en Sudáfrica. Según un estudio del biólogo Richard Estes, en los últimos diez años puede calcularse una densidad de 38 Leones por cada 100km2 en Ngorongoro, y unos 12 tanto en Serengueti como en Kruger.
En estos momentos el León puede cazarse en libertad en Zambia, Tanzania, Mozambique, Zimbabwe, Namibia y algo en las áreas de sabana de Camerún.
En Botswana se prohibió su cacería en 2007, y en Sudáfrica se cazan Leones en cautiverio provenientes de criaderos.
Tanzania es el país que mayor población posee en la actualidad cazándose unos 200 por año. Allí una de las mejores áreas es Rungwa en el centro-oeste del país con tasas de captura que sobrepasan el 80%.
El segundo lugar donde encontrar los mejores ejemplares es Zambia, en las zonas del Kafue y en el valle del Luangwa. Allí hay una menor densidad que en el vecino del norte, por lo que el índice de captura puede variar entre 50 y 80%.
La Reserva Niassa en Mozambique está produciendo muy buenos ejemplares, gracias a un serio programa de conservación denominado Niassa Carnivore Project, y a la imposición a los cazadores deportivos de cazar sólo machos mayores de 6 años de edad.
Namibia es otro lugar excelente especialmente en las cercanías del Parque Nacional Etosha y del Kalahari pero, aquí también la oferta es muy poca y las cuotas asignadas anualmente se cuentan con los dedos de una mano. Una alternativa para el cazador atento, son los permisos denominados PAC (Problem Animal Control), que surgen cuando un León incursiona en granjas, sembrados o zonas urbanas y se requiere su eliminación inmediata. Esa licencia especial, y de menor costo que la de un trofeo, brindan oportunidades únicas pero requieren de una rápida decisión.
Camerún, como dijimos, ofrece algunos Leones en cuotas y en áreas free range en el norte del país que está compuesto por sabanas. Allí, en la tierra del Eland Gigante de Lord Derby, si se consiguen los permisos, pueden cazarse Leones libres y a costos menores que sus pares de Tanzania y Zambia.
Elefante
Según la clasificación taxonómica, existen dos subespecies de Elefante africano: el de planicie, (loxodonta africana), y el de foresta (loxodonta africana cyclotis). En este punto, cuando se habla de los Cinco Grandes, me inclino a incluir sólo al Elefante de planicie, y dejar a su pariente de la selva más pequeño como una de las cacerías especializada similar a la del Bongo o del Nyala de Montaña.
Los Elefantes del Este de África, aquellas grandes manadas de las que hablaba Hemingway en sus safaris en Tanzania, siguen existiendo y se caracterizan por tener marfiles largos, elegantes y livianos. En contraposición, las defensas de Botswana, suelen ser más cortas y más pesadas. Si se tiene en cuenta que el trofeo del Elefante es medido por el peso de los colmillos (ver recuadro), es en Botswana en donde están surgiendo ahora los mejores trofeos de África, algunos cercanos a la mágica cifra de las 100 libras.
Mozambique se ha convertido en otro lugar especial para encontrar grandes colmillos, especialmente en la Reserva Niassa y a lo largo del río Ruvuma en la frontera con Tanzania.
Namibia cuenta con Elefantes en sus dos áreas libres: Bushmanland, donde se han registrado marfiles promedios de 80 y 90 libras, y en la Franja del Caprivi, con defensas que promedian las 60 libras.
Una vez definido, los tres mejores países, agregaría en orden decreciente, y siempre según mi opinión personal, los destinos restantes.
Zambia, a diferencia de los otros “grandes”, no es un país especialmente apto para elefantes, y aunque posee una población que va paulatinamente en aumento, persiste aún el flagelo del furtivismo. Allí el promedio esperable de trofeo puede rondar entre 35 a 50 libras de marfil.
Sudáfrica posee una buena población de proboscídeos, pero se los puede cazar en las inmediaciones del Parque Kruger (no dentro del parque), por lo que las chances son menores que en otros países. Además el promedio de los trofeos ronda las 30 a 40 libras. Por último, dejaría a Zimbabwe en donde lamentablemente las poblaciones de Elefantes son víctimas de cazadores furtivos que buscan carne en un contexto social y económico caótico.
Rinoceronte
Podría ubicarse como el quinto de los Cinco Grandes, sin embargo está más cerca de salir de la lista debido a la extrema presión de caza furtiva que soporta en varios países africanos. Ambas especies existentes de Rinoceronte, el blanco y el negro, se encuentran amenazadas y sobreviven gracias a la protección en parques nacionales y granjas privadas. Su distribución se da en Sudáfrica, Zimbabwe, Namibia y Tanzania, pero sólo Sudáfrica cuenta con éstos trofeos en su menú, aunque con permisos en cuentagotas y a un costo prohibitivo. Una alternativa es la cacería con dardos, en la que luego de abatir al animal, se toma la foto y luego se prepara un molde tamaño real de la cabeza y cuernos del animal narcotizado que es lo que quedará finalmente como trofeo.
La situación actual de esta especie es muy crítica. De acuerdo a estadísticas de Parques Nacionales de Sudáfrica (SANP) la curva de muertes de rinocerontes en manos de furtivos está aumentando de manera alarmante. En 2007 se mataron 13 animales, en 2009 unos 122, en 2010 la cifra subió a 333, y en lo que va de este año (hasta el mes de Abril) ya se llevan contabilizados unos 51 Rinocerontes matados en todo el país. Por su parte, en Zimbabwe, la cosa no está mejor. Según CITES, entre los años 2008 y 2010 las mismas fuerzas armadas de Zimbabwe mataron más de 200 Rinocerontes -entre otras tantas especies- llevándolos a niveles cercanos a la extinción.
Dos “nuevos” Grandes
Si bien los cinco Grandes, terminan siendo cuatro por la situación del Rinoceronte, la lista de las especies de caza peligrosa se ha ampliado. Desde unos años a esta parte, se está revalorando la peligrosidad de los Hipopótamos especialmente, y se están convirtiendo en el complemento ideal de un safari de caza peligrosa. Tanto es así que la Asociación de Cazadores Profesionales de África (APHA) creó la categoría de los Seis Grandes. Algo similar ocurrió luego con el Cocodrilo, considerado ahora como una especie de caza peligrosa y que conforma algo así como los Siete Grandes.
Ambas especies comparten los mismos hábitats naturales, que son obviamente los ríos, deltas, pantanos y lagos del continente negro. Los mejores trofeos están en los ríos Rungwa, Ruaha y Rufiji en Tanzania; el Zambezi en Mozambique y Zimbabwe; el Luangwa en Zambia, el Okavango y el Chobe en Botswana; y el Kwando en la Franja del Caprivi en Namibia.
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