sábado, 13 de febrero de 2010

La tecnología en el safari


Por Eber Gómez Berrade

No hay dudas que el protagonismo que tiene la tecnología en nuestra vida diaria es cada vez mayor, y los safaris no son una excepción. El uso de cámaras digitales, GPS, computadoras y celulares ayuda a sacar el mayor provecho de una cacería en África, sin desvirtuar el clásico espíritu que tradicionalmente tiene esta aventura única.
Quien vaya de cacería algunas veces querrá desconectarse por completo de su ambiente habitual. Otras en cambio, preferirá mantener un contacto periódico con su mundo. Lo cierto es que cualquiera sea el caso, la tecnología de la comunicación siempre estará a disposición para ser usada, ya sea para negocios, recreación o emergencias.
Lo mismo sucede con la tecnología disponible en materia de fotografía digital, manejo de datos, posicionamiento y conectividad satelital. Está allí, para nuestro uso y al alcance de la mano. La ventaja es que la velocidad de evolución es tan rápida que siempre habrá artefactos más potentes, más pequeños, más livianos y más baratos. La clave, es hacer que ellos trabajen para nosotros y se conviertan en herramientas útiles en nuestros safaris de caza mayor.

Cámaras digitales
Si hay algo que sin dudas forma parte de la cacería deportiva, es la fotografía de los trofeos. Se han convertido en un recuerdo casi tan importante como la misma taxidermia, y son imprescindibles a la hora de inscribir las piezas obtenidas en algunos de los libros de récords existentes como el Safari Club International o el Rowland Ward.
La fotografía de trofeos en el terreno es un arte en sí mismo. Hasta no hace muchos años, esas fotos eran una incógnita que se develaba una vez en casa ya de vuelta del safari. Un tiempo después aparecieron las cámaras Polaroid que permitían chequear previamente la posición del trofeo, la luz y el fondo, pero que no suplantaban la calidad de los viejos rollos de 35mm. Esto hacía que quien quisiera llevar este reaseguro fotográfico en su mochila, tuviera que cargar con dos máquinas.
Hoy en día, los rollos de 35mm y las Polaroid son cosas de museos. La fotografía digital es una realidad que avanza a pasos agigantados y que se ha colocado al alcance de todo el mundo. La mayor ventaja que tiene es que permite ver la foto en el mismo momento, dando la oportunidad de corregir la toma todas las veces que sea necesario hasta quedar satisfechos.
Cada día que pasa aparecen en el mercado cámaras de recreación y profesionales cada vez más compactas, con mayor definición y número de funciones. Hoy todo el mundo tiene una, y en los safaris se ha convertido en un adminículo tan esencial como el rifle o los prismáticos.
A la hora de elegir el modelo más conveniente para llevar a una excursión de caza, la variable más importante a considerar es el tamaño y el peso. Si la fotografía profesional no está dentro de los objetivos del safari, una cámara compacta, pequeña o mediana será suficiente para alcanzar un alto rango de calidad de imagen. En lo personal no soy partidario de las máquinas digitales réflex con ópticas intercambiables ya que agregan más complicaciones que soluciones. En general, en el safari debemos llevar todo con nosotros y un equipo de ese tipo haría que carguemos con un bolso especial para la cámara. Además, en el campo todo se expone al polvo, arena, tierra y agua, lo que puede provocar incluso daños a las lentes o problemas de funcionamiento.
Todas las marcas líderes en el mercado (Nikon, Canon, Sony, etc.) ofrecen resultados óptimos, y además cuentan con una muy amplia variedad de productos y especificaciones. A la hora de decidirse por una lo aconsejable es comparar tamaño, peso, resolución de calidad del lente y tipo de zoom. Datos a tener en cuenta: si piensa hacer ampliaciones o publicar sus fotos de safari opte por una mayor cantidad de megapixels. Actualmente este tipo de cámaras recreacionales pueden llegar hasta 15megapixels. El otro factor fundamental a considerar es que tenga zoom óptico, además del digital.
Si bien este tipo de cámaras no llevan rollos, llevan tarjetas de memoria. Las hay de varios tipos: Compact Flash, Secure Digital, Smart Media, etc. En cualquier caso, siempre es recomendable excederse un poco y contar con memoria suficiente, más aún si la cámara permite capturar videos. No es mala idea, llevarse una tarjeta de repuesto en el bolsillo.
Si además del equipo digital, usted es de los que lleva su propia notebook al safari, siempre tendrá el recurso de vaciar su memory card transfiriendo las fotos y videos a su computadora al final de cada día.
Por último, y para tener cuenta también: la fuente de energía con que se alimenta su equipo fotográfico. Decidirse por una cámara que funcione a baterías o a pilas comunes parece un tema menor pero no lo es, en especial si consideramos las características del safari que va a realizar.
Si la idea es estar en un campamento o lodge de caza con energía eléctrica, o cazar siempre usando un vehículo, las cámaras con baterías internas recargables son una buena opción. Si en cambio existe la posibilidad de pasarse algunos días caminando y pernoctando en campamentos móviles o fly camps, la opción de la alimentación a pilas comunes es la mejor. En lo personal, esta es la alternativa que prefiero, ya que con un set de pilas recargables puedo tener lo mejor de los dos mundos: usar la corriente del campamento o cargar en los bolsillos mi propia fuente de energía.
Algunas palabras sobre la corriente eléctrica disponible en África. Allí la tensión es de 220V, la misma que tenemos en Argentina. La diferencia se encuentra en los enchufes de conexión que son diferentes, por lo que los nuestros no funcionan allí. Para eso, nada mejor que comprar dos o tres adaptadores universales en los negocios para viajeros del aeropuerto internacional de ingreso al continente, como por ejemplo Ciudad del Cabo o Johannesburgo, que son la entrada obligada para Sudáfrica así como para el resto de los países australes.
El otro punto a tener en cuenta es que la disponibilidad de energía eléctrica va a variar de acuerdo al lugar del safari. En general, si la cacería se desarrolla en cotos de caza o game farms, se podrá disponer de luz eléctrica proveniente de redes fijas de alumbrado. Si en cambio, el safari se desarrolla en concesiones de caza o áreas comunales como sucede en Botswana, Tanzania, Mozambique, norte de Namibia, Camerún, etc. la electricidad provendrá seguramente de generadores, muchas veces alimentados por paneles solares.
A los fines prácticos, no habrá diferencia, pero recuerde que posiblemente tenga un tiempo determinado en el día para cargar todas las pilas y baterías de sus equipos electrónicos.

Celulares

El avance tecnológico en materia de comunicación es simplemente avasallante, especialmente en lo que a teléfonos celulares se refiere. Cada día que pasa mejoran las redes de comunicación y surgen en el mercado nuevos productos con aplicaciones dignas de ser usadas por el mismísimo James Bond. La telefonía celular ha dado un gran salto mediante el uso de las frecuencias GSM (Global System for Mobile Communication) y 3-G (Tercera generación)
En África el celular es de mucha utilidad, siempre que uno se encuentre en ciudades, aeropuertos e incluso en algunos cotos de caza cercanos a centros urbanos. De esa manera, uno puede estar conectado mediante un servicio de roaming a un costo no demasiado alto.
Para poder hacer esto, el aparato deberá contar con la tecnología adecuada, lo que descarta los modelos más básicos. Para no complicarse demasiado con tecnicismos, podemos decir que los celulares con tecnología GSM permiten comunicarse a través de 4 bandas de frecuencias: de 850 y 1900MHz para las redes americanas; y de 900 y 1800 MHz para las redes europeas. La inclusión de tecnología 3-G permite usar el equipo de teléfono celular para descargar contenidos, y como modem de una PC o notebook, por ejemplo. Cualquier aparato con estas características y cualquiera sea la marca (Blackberry, Nokia, iPhone, HTC, etc.) será útil en África, siempre y cuando se encuentre dentro del alcance de las células de trasmisión.
Muchos de estos equipos vienen a su vez con un sinfín de aplicaciones que van desde la posibilidad de recibir e-mail, hacer video conferencias, escuchar música, ver televisión, conectarse a tecnología IP mediante acceso a internet, conectividad wifi, GPS, cámara fotográfica y de video incorporada.
En este sentido, el avance tecnológico ha hecho que estos teléfonos sean conocidos como smart phones (teléfonos inteligentes), por la cantidad de prestaciones que tienen. La tendencia actual hace que se conviertan en serios competidores de los aparatos específicos. Más aún cuando ya hay teléfonos que vienen con cámaras de 7.2 megapixels y lentes Carl Zeiss o con GPS incorporado con plataforma Garmin. Por qué llevar un cinturón de Batman cargado con GPS, cámara de fotos, cámara de video, mp3, agenda electrónica y teléfono, si se puede llevar lo mismo en un pequeño aparatito guardado en el bolsillo?. Es cierto. Sin embargo, por experiencia propia debo decir que estando en medio de un safari en África, prefiero contar con una buena cámara de fotos o un GPS específico aunque ocupen más espacio. Además de ser más resistentes al maltrato típico de una actividad desarrollada en la naturaleza, siguen siendo -en mi forma de ver- mucho más confiables y precisos.
Otro adminículo que puede ser de utilidad en materia de comunicación en un safari es un transmisor y receptor de radio, especialmente si son dos las personas que cazan, lo hacen por separado y quieren estar comunicados durante la cacería. No es muy frecuente que alguien viaje a África con su equipo de VHF o bi-banda (VHF/UHF), pero puede ocurrir. De todas maneras, hoy en día todos los cazadores profesionales cuentan con equipos de radios portátiles y en sus vehículos. Muchas veces, incluso, si los campamento están muy alejados de los centros urbanos, se utiliza el sistema de radio HF (High Frecuency) que permite una comunicación permanente y a costo cero con la base, donde solo quedaría hoy el recurso de la telefonía satelital.

Tecnología satelital
Los satélites se han convertido en protagonista de nuestra vida diaria, especialmente en lo que hace a comunicación y posicionamiento. En cuanto a la telefonía satelital, es cada vez más popular, los teléfonos son cada vez más pequeños y los costos (otrora exorbitantes), ahora son más que razonables y por lo tanto accesibles. Esta tecnología nos permite estar conectado todo el tiempo y literalmente en cualquier parte del globo terráqueo, siempre que la “visión” del cielo no se encuentre obstruida (como suele suceder frecuentemente en el interior de las selvas lluviosas).
A lo largo de su joven historia los teléfonos satelitales han demostrado su valor en expediciones de montaña, regatas y naturalmente safaris.
Existen varias redes satelitales como Globalstar, Iridium, Thuraya, Inmarsat, BGAN, etc. Cada una cuenta con un rango asignado de alcance global y características específicas, por ejemplo: Globalstar opera con satélites de órbita baja y permite la transmisión de voz e internet; Iridium hace lo mismo pero su ventaja radica en que utiliza una red global de satélites de órbita baja; Thuraya, de uso común en África integra la tecnología satelital con las redes de GSM de telefonía celular, permitiendo transferencia de voz, datos y posicionamiento; Inmarsat, especialmente diseñada para la comunicación oceánica permite transmitir voz, fax y datos; y BGAN (Broadband Global Area Network), permite comunicación simultánea de voz y de banda ancha a través de terminales especiales y notebooks. Con este sistema y una computadora portátil es posible navegar por la web y conectarse por e-mail en cualquier parte del planeta por más inhóspito que sea.
A pesar de que los costos bajaron mucho desde los inicios de la telefonía satelital, siguen siendo altos comparados con la tecnología celular. Los equipos son también más caros que los celulares de alta gama como los smart-phones. Sin embargo, actualmente existe la posibilidad de alquilarlos utilizando diferentes planes de minutos pre pagos de conexión.
Más allá de la comodidad de estar conectado siempre, el teléfono satelital es un instrumento esencial para aquellos que estando en un safari en zonas inhóspitas deban mantenerse en comunicación con su trabajo (y no tengan más remedio que hacerlo…). Pero también es una herramienta clave en materia de seguridad. Ante la eventualidad de un accidente o enfermedad que requiera una inmediata evacuación médica, el teléfono satelital será el único medio de contacto con la operación de rescate. He conocido clientes que han salvado su vida literalmente gracias a haber solicitado ayuda mediante un teléfono satelital.
La otra gran aplicación civil de los satélites es el famoso y nunca bien ponderado GPS (Sistema de Posicionamiento Global). Hoy en día es moneda corriente en nuestra vida diaria. Los autos ya vienen con GPS incorporado y muchos celulares de última generación también.
Las marcas líderes en GPS portátiles son Garmin y Magellan. Los últimos modelos que han salido al mercado son casi computadoras personales. Incluyen además de una gran memoria de navegación y registro de way points, aplicaciones variadas tales como barómetro, altímetro, brújula electrónica, y cartografía ruteable en pantalla color que puede ser descargada directamente de internet.
La utilidad del GPS portátil es indudable en un safari. Desde marcar el campamento para asegurarnos la vuelta a la noche, fijar en el mapa los pozos de agua, indicar la ruta seguida por una manada de búfalos, conocer con precisión los kilómetros caminados detrás de un viejo elefante, marcar los lugares donde se encuentran los cebos colocados para el leopardo, o hasta descargar la información del GPS en el Google Earth a través de un software como MapSource, y de esa forma obtener las imágenes satelitales de las áreas en donde se desarrolla la cacería y planear por ejemplo, los lugares más convenientes para establecer un próximo campamento.

Notebooks
Las notebooks y ahora las netbooks (computadoras portátiles para navegar solo en internet con aplicación básicas de procesadores de texto y planilla de cálculo) son cada vez más frecuentes en los campamentos africanos.
Los modelos son más livianos y compactos pero también más potentes y con una mayor capacidad de memoria. Está claro que hoy el costo de cargar con un equipo de estos es ínfimo comparado con los beneficios que brinda llevarlo de viaje. Las prestaciones son muchas, tanto si se utiliza solo para conectarse vía wifi en un aeropuerto, ver películas en el avión o escribir las notas diarias del safari, hasta si se usa junto a la cámara fotográfica para bajar fotos y videos, o al teléfono satelital para enviar y recibir e-mails en el campamento.
La mala noticia es que todavía en varios países africanos (incluido Sudáfrica), la tecnología de internet está bastante atrasada. En muchos lugares no se conoce la banda ancha y el sistema de conexión sigue siendo el lento y antiguo dial-up. En la mayoría de los aeropuertos u hoteles se debe pagar por conectarse vía wifi, y así y todo, la conexión es pésima.
Por último, existen en el mercado unas notebooks especialmente resistentes para los trabajos en ambientes extremos. Son conocidas como rugged notebooks, y fueron ideadas inicialmente para uso militar. Rápidamente fueron adoptadas por ingenieros, expedicionarios, personal civil en zonas de conflicto, equipos de rescate médico, entre otros. Si bien no tienen una gran capacidad de memoria y su precio es más alto que el de las notebooks normales, son muy resistentes a los golpes y el maltrato gracias a que poseen una cubierta de plástico muy duro o de aleación de magnesio. Son a su vez, muy livianas, resistentes incluso al agua en el teclado, tienen compartimentos estancos para insertar CD o DVD, pantalla de LCD para ver incluso con sol y sistema touchscreen que permite usarla sin sacarse los guantes. Para aquellos que trabajan o pasan mucho tiempo al aire libre, es una herramienta ideal.
Hace unos meses en Maun, Botswana, un cazador profesional amigo, me mostró su Panasonic Toughbook que llevaba a todos lados. Realmente excelente. De hecho Panasonic es la marca líder en este tipo de computadoras todo terreno.
Como mencioné al principio, el uso de la tecnología no desvirtúa el sabor de la expedición, al contrario, ayuda a sacarle un mayor provecho, a moverse con mayor confort y por sobre todo, con mayor seguridad. Eso sí, nada de lo inventado podrá suplantar las cualidades del cazador a la hora de adentrarse en la naturaleza en busca de su presa. Eso por suerte, se mantiene inalterable.

Publicado en Revista Vida Salvaje (Enero 2010)

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